Nunca pensé que un juego llegara a hacerme vivir tantas sensaciones, tanta emoción, tanta tristeza...
Hace 10 años disfrute muchísimo con el juego Metal Gear Solid. Era una aventura epica en la que temas como el honor, la lucha y el deber cobraban una nueva dimensión. Fue cuando conocí al personaje protagonista, Solid Snake y a otros personajes llenos de carisma.
Con el paso de los años aparecieron nuevos títulos de la saga que contiruaron con el desarrollo de una historia que se tornaba cada vez mas importante y complicada.
Esta 4º y ultima entrega, “Guns of the Patriots”, no solo ha estado a la altura de lo anteriormente visto, sino que ha superado mis expectativas con creces.
Creo que es lo mas cerca que se ha estado nunca de la perfección en un producto audiovisual interactivo.
Este juego me ha hecho sentirme como 10 años atrás, pero con mucha mayor fuerza que nunca. He reido, me he sorprendido, he disfrutado como nunca y he llorado…
Si, no me da vergüenza reconocerlo porque estoy seguro que cualquiera que como yo, ha jugado a la serie, ha conocido a personajes tan carismáticos y ha experimentado tantas sensaciones durante tantos años, también llorara de emoción al poder ver y sentir el final.
Un final que no es posible describir con palabras.
Supone la perfecta fusión entre sentimientos y videojuego.
Nunca pulsar un botón me había llenado de tanta rabia y tristeza a la vez.
Anoche, a las 4:30 de la madrugada termine la mayor aventura “no real” de mi vida. Algo que será imposible de olvidar y muy difícil de superar en el futuro.
Kojima… thanks for all…
