12/08/2009

Y EN POLVO NOS CONVERTIREMOS

En plena crisis energética, Valerya es una imponente mujer, líder de un grupo de los rebeldes que luchan por erradicar el abuso que un gobierno, controlado por poderosas corporaciones, tiene establecido sobre el proletariado de la Rusia de 2065.

Los acontecimientos se precipitan cuando Gregori, un despreciable militar en el papel de científico y antiguo compañero de la protagonista, decide iniciar los experimentos de una tecnología desarrollada por su compañía, en los miembros menos favorecidos de la sociedad obrera.
Los resultados obtenidos en los experimentos no podían ser más terribles: graves quemaduras, amputaciones e incluso la muerte de algunos sujetos, cuyos restos recogen sus familias en un pequeño tarro, inundados en llanto y con el remordimiento en el mismo bolsillo que los billetes recién cobrados.
Ante tal horror Valerya decide activar las operaciones de su organización y adentrarse, junto a un pequeño grupo de camaradas, en las enormes instalaciones científicas para averiguar más acerca de estas injustas muertes.
Por medio de un complejo mecanismo, capaz de transmutar la materia, consiguen penetrar en los gruesos muros, pero en su interior son sorprendidos por unos enemigos que nunca habrían imaginado.
Mitad humanos mitad maquinas, descargan ráfagas de metralla sobre el grupo hasta desmembrarlo, dejando con vida a solo unos pocos aliados que ahora vagan perdidos en la inmensidad de los complejos subterráneos.

En su paso, más allá de los laboratorios, descubren una fábrica de máquinas dotadas con una tecnología que emplea la propia vida humana como combustible. Para abastecerlas, aguardan enormes panales repletos de aletargados hombres y mujeres, victimas engañadas de lo que parece ser la mayor operación militar encubierta de la historia.

Muchas son las dudas que asaltan la mente de Valerya, pero la aparición de una extraña puerta con el símbolo de un feto dentro de una rueda dentada la hace sospechar que la vida que se gesta en su vientre puede ser la clave de la supervivencia humana.

Expo de Sevilla... 17 años despues





Cuando tenía solo 10 años quedé impresionado por las imágenes que aparecían en televisión sobre la Expo celebrada de Sevilla.
Corría el año 92 y dada mi incapacidad para viajar, dependía totalmente de mis padres para visitar la feria. Algo que jamás ocurrió.
17 Años después y gracias a que Blanca nos invitó a su casa en el sur de la península, pude pisar las calles y disfrutar de las inverosímiles estructuras que en aquellos años fueron objetivo de las miradas de millones de personas.
Ahora transformado en oxidados hierros y olvidados descampados, el recinto cobija a gitanos, mendigos y demás calaña se rifan la papela cada día.
Paseando por el lugar pude sentir el regalo que suponía ser de las pocas personas que aun lo admiraban y el hecho de poder disfrutarlo casi con total exclusividad, hizo muy especial esa mañana.